Más de 200 colegios cerraron y casi la mitad eran de inicial
A mediados del año, un colegio privado de la ciudad de Chiclayo, en Lambayeque, anunció su cierre después de 64 años de servicio. La decisión, según un comunicado que llegó a los padres y a la Dirección Regional de Educación (DRE), se debía a que ya no tenía presupuesto para cancelar el pago de los trabajadores, de los servicios básicos y, además, había agotado “todos los medios para solicitar las pensiones rebajadas en un 50%”. Agregaba que, en lugar de apoyo, había recibido amenazas de abogados. Tras este aviso, cuentan las familias, se llegó a un acuerdo para regularizar los pagos y así evitar la interrupción de las clases escolares.
En abril, en la región vecina de Cajamarca, el colegio inicial Caxas School, con 15 alumnos, decidió suspender el servicio porque los padres trasladaron a sus hijos a una escuela pública. “Teníamos 3 años de operación, pero llegó la crisis e hicimos un receso”, dice un representante.
Desde marzo pasado hasta fines de setiembre, 277 instituciones privadas, que atendían a 4.987 escolares, han cesado sus labores, según el Ministerio de Educación (Minedu). “En años regulares no se presentan cierres. Es algo atípico y que sea durante el año, aún más raro. Esto ha sido un tema excepcional por la pandemia”, dice la directora general de calidad de la gestión escolar del Ministerio de Educación (Minedu), Mariela Zapata.
Casi la mitad de ellos (93) son del nivel inicial; luego de primaria (77) y secundaria (52), una tendencia también vista por las direcciones regionales de educación (DRE) y la Asociación de Colegios Privados (Acopril). Esto, además, coincide con el incremento del abandono escolar en la educación inicial (3, 4 y 5 años), cuya cobertura, a punto de universalizarse, ha sufrido un revés durante la pandemia
Antes de la emergencia sanitaria, de los más de 80.000 colegios de la educación básica, 25.000 eran privados. Luego, a raíz del cambio de la modalidad presencial a la virtual, el Gobierno exhortó a que estas reduzcan sus pensiones y los padres exigieron descuentos de hasta el 50%: muchos habían perdido sus trabajos, tenían problemas económicos y no podían pagar el servicio.
Este último factor ha sido lo que, principalmente, provocó los cierres de los colegios, según el Minedu. A esto, Acopril agrega un “mal manejo” del Ejecutivo, el cual –según refiere– exacerbó el conflicto entre padres y escuelas; y no atendió las necesidades económicas con subsidios.
Dicha asociación, que agrupa a 821 escuelas de Lima, tiene una cifra de ceses mucho mayor que la oficial. Así, estima que 5.000 escuelas, con 250.000 niños, no abrirán sus puertas el 2021. De estas, 2.000 habrían dejado de operar en julio. “La mayoría no ha cerrado porque se ganaría más problemas como denuncias de docentes por despidos. Lo que hacen es reducir el servicio: si antes tenían 4 aulas, ahora 2. Si tenían 60 alumnos, ahora 5. Pero eso no es rentable, están condenados a cerrar”, dice el vocero de Acopril, Luis Morales.
Añade que la mayoría de estos colegios corresponden a los sectores C y D, y están ubicados en distritos como San Juan de Lurigancho, Puente Piedra, Breña, Jesús María, entre otros.
El Minedu también ha detectado ceses en dichos sectores socioeconómicos. Asegura que sus cifras son las documentadas, previa autorización, por las DRE y con un aviso de los solicitantes a los padres en un plazo no menor de 60 días calendario. Ellos, además, deben devolver de manera proporcional la cuota de ingreso y de matrícula.
Fuente: larepublica.pe
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